Me sentí sola, realmente sola. Solo existía él. Habíamos viajado através del tiempo, de las horas y nos habíamos remontado a meses atrás. Pero hize de tripas corazón y volví a la realidad. Al presente. A este mismo instante. Quizé gritarle. Chillarle que estaba ahí a escasos metros. Pero él ya me había olvidado. Me había dejado sola. Y yo seguía perdidamente enamorada de él. Seis meses sin saber nada él uno del otro. ¿Sabeís cuantos segundos son eso? Y yo, yo no aguantaba ni una milesima sin estar a su lado. Le echaba de menos, tanto hasta el punto que el corazón me dolio. Las manos me ardían. Y los pies sentían cosquilleos. Le seguí sin ser vista. Cruze la misma esquina que él. Hasta que me quede sin respiración y tuve que sentarme en un banco. Giré la vista para poder encontrarlo. ¿Habría sido solo un sueño?
- No. Eras tú. - Y pronuncié en voz alta lo que tanto tenía miedo de decir y que llevaba tiempo evitando. Engañandome a mi misma- Todavía te quiero. Hasta el punto que sobrepasaría el cielo por ti.
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