sábado, 9 de octubre de 2010

Ayudame a subir al cielo.


Estaba acostada en la cama, no paraba de llorar, con o sin razón, no paraba. El portatil al lado, intentaba hablar lo menos que podía. Las canciones pasaban unas seguidas de otras y yo ni siquiera atendia a la música. ¿Por qué me sentía mal? Llevaba todo el dia evadiendome de todo. Sonriendo porque si. Pero no una sonrisa de tonta enamorada. Sonria porque es lo que debía hacer pero lo que de verdad quería hacer era enredarme en las sabanas y no despertar. Unos meses atrás todo era díficil, ahora mismo hasta el más bonito sueño me haría llorar. No quiero escribir de penas, ni dolores. No quiero hablar de amores que no existen. Ni decir que soy feliz cuando no lo soy. Quiero contaros esas partes buenas de todo lo malo. Donde en esos momentos duros te quieres morir por el dolor que oprime el pecho, que te deja sin aire, inmovil y quieta. Si, así me sentía.

Derepente alguien me dejo un mensaje. Era mi amiga. Mi amiga estaba ahí y me acorde que no estaba sola, que contaba con alguien. Empeze a leer y me sentí en el mismo cielo. Tal vez fueron cinco minutos y es verdad resbalan lágrimas por mi mejilla, pero era de felicidad. De que una amistad que surgio de la nada a significado todo. Ella es esa persona que sueña como yo, con los ojos abiertos o con los ojos cerrados, sueña. Siente con tal intensidad como yo, o más. Es una sensible de la vida en esos días chungos que tenemos todas. Donde las palabras no son solo eso sino sentimientos. Y la que pone una sonrisa a todas aquellas personas que las necesitan, mientras que ella se traga su dolor. Esa persona fuerte que puede hasta con la muerte. Donde antepone su felicidad por la de los demás. Es esa chica que no puede ser egoísta, no va con ella. La que sigue totalmente enamorada aunque hayan pasado dos años y yo me veo en el mismo camino. Y es que si entras en su corazón no sales de él tan fácil. Dicen que en el corazón es una máquina más de nuestro cuerpo, un pequeño defecto y se acaba todo. Para mi no solo es eso, son personas, son sentimientos, son momentos, todo ello guardo y catalogado en el corazón. Verónica María Yanes Acosta es una de esas personas que hacen que el corazón vaya en funcionamiento, donde es una persona dentro de él, la que hace que mis sentimientos sean alegres, con la que he vivido momentos. No la quiero, la adoro.

Y pensando en todo eso saque la primera sonrisa del todo el día. Tal vez había caido del cielo y ahora todo no era color de rosa. Pero sabía que ella me haría soñar. Me dejaba su mano para lograr subir al cielo.

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