martes, 12 de octubre de 2010

Desilusiones esperanzadas.

Hace días llegué al cielo, lo exploré con mis manos. Con cada sentido de mi cuerpo. Y bajé de él, con desilusioles, con el corazón roto, con el cuerpo malerido, con las esperanzas debilitadas. He estado descansado de todo lo que ha ocurrido. Jamás supe que el amor llegará en apenas unos segundos. Que unos ojos marcaran tanto. Que una sonrisa fuera capaz de lograr llegar al cielo. He dejado de escribir por días. He decidido encerrarme en mi mundo. Olvidarme de todo. Pero eso es injusto. Mi vida no se acaba aquí. Volveré a subir al cielo. Y a sonreir. Volaré como nadie. Por que todos nos merecemos un cachito de felicidad. ¿Y por qué yo no?

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