sábado, 9 de octubre de 2010

Grandes personas.

Mancho su corazón de dolor, de lágrimas, lo llenó de todas las cosas malas que pueden haber...pero, ¿por qué decir las cosas malas? ¿por qué empezar siempre por eso que nos hace daño? Se acabó, todo queda atrás nada malo queda conmigo. Empezaré de nuevo...

Llené mi corazón de cosas buenas, de amor, amistad, alegría, felicidad. Todo empezó el día que conocí nuevas personas, nuevos compañeros, nuevos amigos. Ese día no pensé que nada de eso me pudiera suceder pero fue así. Cada día conocía a alguién nuevo...

Primero aparecio Beatriz del Castillo diciendome: Me gusta tu vestido, ¿qué haces aqui sola?. Desde ese momento nuestra amistad a ido a más y gracias a ella conocí a Adrián Martín, ese chico divertido, alegre, espontáneo que todos los días me hacía reir y más cuando estaba triste. Ellos han sido y serán mi alegría, ellos han logrado mi felicidad.

Después apareció Saray Cabrera, puff...esta chica..., apareció sin esperarlo, sin pedirlo, sin... Bueno, que apareció es lo más importante. Desde el primer momento me escuchó, me animó, me apollo. Se pone triste cuando yo lo estoy, alegre cuando lo estoy,... Ella todos los días me ayuda anima, me da la mano para no caerme y derrumbarme, me da su hombro para apoyarme y me da sus pañuelos para limpiarme las lágrimas. No le gusta ser el centro de atención, le cuesta abrir su corazón. Pero para mí es el centro de atención y sin ella no soy yo. Le agradecería cada palabra, cada abrazo, cada beso,... pero no puedo, significaría un adios, el cual no quiero.

Una amistad que llega forzada es una amistad que se va sin ser llamada, pero una amistad que llega sin ser llamada se queda sin ser esforzada.

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