Una parte de mi sigue ligada a ti.

Tenía la foto de él entre mis manos. Sabía que quería llorar. Tenía que llorar por pura nostalgia. En cambio mi coraza crecio aún más. Me protegi poniendome varias capaz de armadura para que nada fuera capaz de llegar de pleno al corazón. Error. Llegó un leve pinchazo que en cuestión de horas se convirtio en una herida sangrante. Más que aquella vez que no paraba de sangrar y tenía miedo por lo que iba a pasar. Cada vez que se acerca una fecha así escribo de ti. Hablo de ti. Pienso en ti. Sueño contigo. Pero sabes que soy incapaz de recocerlo. La foto esta entre un medio blanco y negro y un sepia. Tu pequeño cuerpo lleno de vida determinaba desde ahí que tendrías una vida llena de actividad. Tus pequeños ojos llenos de brillos lumbraban lo que pocos podían ver. Y la sonrisa que tenías impregnada en la cara era tan bonita, tan sincera, tan plena de amor y felicidad... Y pensar que ahí solo tendrías meses o apenas un año. Entonces me detieno a observar la foto con más detenimiento. Y contemplo la mariposa que tienes en el centro del babi. Una mariposa. Entonces mis superticiones podían estar en lo cierto. Alomejor no me había abandonado del todo. Cabía la posibilidad de que siguiera aqui conmigo de alguna manera inexplicable y tremendamente ilógica, pero que era convinción para mí. Entonces como por arte de magia, para poder disepar todas mis dudas, encima de la cabeza de mi abuela sobrevoló una mariposa, una pequeña mariposa. Parecía que la quisiera acariciar y dar todo el amor que le faltaba. Me quede atonita sin saber que palabra articular. Sabía lo que estaba pasando y lo que estaba viendo pero jamás sabría a ciencia cierta si lo que se pasaba por mi cabeza era cierto o no. Solo era cuestión de fé. Aquella fé que deje de creer la misma noche que lloré a raudales por ti. La misma noche que deje una parte de mi ligada a ti. Esa noche despejada con una estrella iluminada en el cielo. Nuestra estrella.

Te echo de menos y ahora más que nunca.