jueves, 16 de diciembre de 2010

Cuestión de destino~


Subo las escaleras. Una sonrisa dulce se acomoda en mi boca. Entonces en un abrir y cerrar de ojos todo sucede. Bajas por las escaleras. Te quedas fijamente mirandome a los ojos. Me sigues la mirada más allá de los pasos de tus escaleras. Me hablas, me rió. Continuo caminando. La sonrisa se ha ensanchado. Entro en la biblioteca. La sonrisa se ha transformada en risa en el lugar menos indicado y me molesta estar ahí quieta. Me levanto, recogo las cosas y la gente mira mi cara de felicidad. Te vuelvo a encontrar y una frase basta para saberlo de antemano.

-Encantado de conocerte.

La señal de que si nos volvemos a encontrar en los fríos pasillos, en las escaleras que dan a la ya no tan silenciosa biblioteca, a la fuente del cesped, a las canchas de la parte de arriba o en los bancos de la entrada; esa ves el destino verdaderamente nos cruzará.

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